Despues de su paso frente al Sol, todo fué transformandosé.
Venus irradió su escencia.
Suavemente. Sin sobresaltos. Como una caricia.
Líquida luz dorada que se cuela por los poros etéricos de este cuerpo de conciencia que es más allá de la carne, que está danzando en la carne.
Venus goteo su miel.
Dulcísima.
Dorada.
Divina.
Venus goteo su néctar sobre la tierra.
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