domingo, 26 de febrero de 2023

Catarsis le dicen

 

Recién termino de ver una película que me inspiró para escribir, si el cine otra vez (que manija) siendo el impulsor de todo en esta pequeña vida. Que amor más permanente y fiel, pero ingrato también. Igual a ser mal amada ya estoy acostumbrada. Aunque no más, ahora no acepto menos que amor del bueno, con sexo incluido y ternura*cuidado*compromiso bebé.

De amores y de cine les voy a hablar. Esta mañana me encontré medio de casualidad (lo juro) mirando los textos de una chica que sale con mi ex (o salieron o no se sabe bien) y en un arranque de celos pensé yo no escribiría así, haciéndome la inteligente todo el tiempo, tan exigida a ser brillante. Y después vi esta peli pedorra que va de dos pibas que gustan de un mismo pibe, y que se ayudan a recordarse que no es ahí lo importante sino en el arte de cada una de ellas. Aclaro que no me gusta mi ex, lo adoro con todo mi corazón y lo amo, como se ama a la gente que es tu verdadera familia, pero no me gusta y no quiero volver.

En primer lugar, porque entendí que hay amores que tienen el derecho de tomar la forma que les es propia, y este amor encontró ese lugar, pero también porque estoy enamorada de otra persona. Que es un check list de todo lo que no me debería gustar, pero me encanta, es un hombre heterosexual cis, bastante cheto, con una mirada política diametralmente diferente, que escucha música que me cuesta soportar (si, rock del bueno que seguro a ustedes que leen les gusta) pero por lo demás, me encanta. ¿Qué es lo demás? Todo. Como me habla y como me trata y lo muchísimo que nos gusta a los dos conversar horas y horas, y como le gusta escucharme y entenderme, aunque no me entienda un carajo. Me gustan sus manos al infinito. Pero pará, ya me estoy distrayendo otra vez, ¿porque no se trata del pibe verdad? Sino del propio arte y de hacernos acordar entre nosotras que nuestra potencia creativa es lo que nos termina salvando siempre. En fin, la piba que sale con mi ex me dio ganas de volver a escribir, que hace tanto no hago, o hago por encargo sobre cómo vender zinguería (posta).

De mi película se trata este texto o quisiera que se trate, y de las ganas locas que tengo de hacerla. De que estoy súper harta de remarla tanto en la vida y de que mis sueños sean siempre tan grandes y lleven tanto tiempo. De que hayan tantas complejidades para lograrlo, de que los últimos gobiernos se hayan dedicado con tanto esmero a reventar los fondos, que no se pueda pautar un impuesto a las putas plataformas, de que los mezquinos gusanos de siempre se lleven lo que hay y de que al fin de cuentas el arte no sea lo valioso, o de que hayan personas que digan que con una cámara y buenas ideas se hace, cuando en realidad lo que están diciendo es que el cine solo es para los que tienen la guita para no tener que preocuparse por llegar a fin de mes. Que quien mierda me mando a mí a elegir un arte de la burguesía cuando lo que tengo de mucho son hijos.

En ese contexto de tratar de empujar la peli, pero también de vivir feliz mi sexualidad hice de nuevo una bartolinitis, que en resumen es que se te tape una glandula del chocho y te tengan que cortar sin anestesia, porque patriarcado de por medio solo a nosotras nos cortan los genitales sin anestesia, larecalcadaconchadelayuta, y eso me paso por primera vez cuando estaba por filmar Morandi, entonces pienso que tal vez estoy realmente por filmar El Pasto, que se yo… Pero en esto de estar con el chocho abierto por millonésima vez, porque cuatro cesáreas también, y de empezar biodecodificacion para ver si puedo solucionarlo sin una operación, empiezan a aparecer los abusos que viví  de niña ooooooooooooooooootra fucking vez, y también cuando me violaron no de niña sino a los 20 y me drogaron para violarme, y de eso no había hablado antes casi con nadie, o no en serio. Entonces ahora que estoy enamorada y pasándola tan bien en la cama, toda esta mierda aparece, porque estamos llegando con mi chico a lugares que antes no había llegado, será eso, o será que estoy lista para lidiar con eso, porque ya lidié con tantos monstruos últimamente.

Lo importante, lo más importante es que este año la Mesa Nacional contra el Abuso sexual a la infancias va a ser en Córdoba y vamos a rockearla hasta que Gilda este con su hijo y hasta que el sistema judicial pedófilo misógino violento clasista y asquerosamente corrupto ARDA.

 Agenden que es en abril y más vale que necesitamos que repliquen, compartan, que vengan, que digan. “El terror se basa en la incomunicación. Rompa el aislamiento. Vuelva a sentir la satisfacción moral de un acto de libertad. Derrote el terror” porque el abuso sexual en la infancia y en especial el tratamiento que realiza la justicia contra niñes y madres protectoras es terrorismo de estado.

Sin embargo, todavía cantamos, y soñamos que se pueden hacer películas que se toman el tiempo para que podamos pensar. Para que mujeres y disidencias podamos decir, y en ese decir las violencias que venimos fumando hace miles de años aparecen. Lo siento, pero es hora de nivelar los platillos de la balanza y para entender de dónde venimos, deja que te lo contemos.

Igual mi película no se trata de abusos, sino del cuidado, de una mujer que cuida a sus hijos, y que le cuesta muchísimo todo porque lo hace casi sola. Realmente que sería del mundo sin las mujeres que en su mayoría toman las tareas de cuidado.

De eso se trata, también de esa mujer que por cuidar es invisible, invisibilizada. Resistir a ese tratamiento es una cosa de todos los días.

No dejarse infantilizar, no dejarse reducir a servir, no dejarse silenciar, no dejarse maltratar.

Eso no sé si está en la peli, o es lo que me trajo hasta acá después de todo lo que paso desde la pandemia en adelante.

En fin, tengo que ir a hacer las compras porque mañana empiezan las clases y además tengo que ir a la guardia del hospital y también trabajar porque estoy en negro y en fin. La vida siempre es más importante que las películas.

Che, hace más de dos años que no posteo nada por aca.

I’m back bitches!