miércoles, 29 de agosto de 2012

Carta Desvelada a un Crítico de Arte Imaginario (o no tanto)


Escuché hace ya varios años a alguien (disculpe si no tengo su capacidad de citar nombres, fechas y otros datos precisos) decir, que toda obra de arte se compone de dos aspectos. El dominio de una técnica y el componente "misterioso" que expande la conciencia de la humanidad. Este último es subjetivo y de ser analizable debería considerar un número infinito de variables, tales como:
* la sensibilidad del artista (y su mirada única sobre el mundo)
* la condensación que la obra logra de una conciencia histórica (propia del momento en que emerge siendo la obra capaz de materializar lo que hasta entonces no podía ser nombrado)
* la belleza de la obra (siendo lo horripilante también bello)
* lo que despierta en los sentidos del espectador.
*etc, etc, etc
En fin, todas esas variables que corresponden al terreno de lo no mensurable, en comparación con el dominio de una técnica o una gramática propia del lenguaje artístico que se tratase, ya que corresponden al "alma" o "espíritu" propio de ese artista.
El Arte, al igual que todo en este mundo, puede ser dividido en lo mensurable y lo inmensurable, en lo conocido y lo desconocido, en su forma y en su contenido.
Un gran panadero hace las mejores facturas de toda la ciudad por que sigue una receta (por eso la factura es factura y no bolas de fraile) y por que las hace con su propio espíritu, con su Amor. (Sí, use la palabra Amor, no colapse por favor, sepa que la Real Academia aún no ha prohibido el uso del término)
El Arte al igual que todo puede ser dualizado. El blanco y el negro son verdades parciales y claro está que es más que tedioso, encontrarse con esos críticos de poca monta (como usted los considera) que pueden hacer tan solo valoraciones de dos tipos:
1- Subjetivas. El típico, me gusta, no me gusta. Lo que presupone reconocer de forma individual lo no mensurable en la obra como algo virtuoso. Siendo este nivel de análisis el que habilita a mi tía peluquera, sin ningún conocimiento del hacer creativo, a ensalzar o destruir una pintura de Miró e incluso a decir que todo es arte o peor aún que el arte no existe (esta postura niega la necesidad de dominio que todo hacedor de obras de artes debe tener respecto a una técnica particular que hace que las facturas no sean bolas de fraile)
2-Objetivas. El típico mentecato que sólo puede analizar el cumplimiento y la prolijidad de las formas y la técnica. Lo que presupone reconocer en la obra que a cumplido con los cánones colectivos que establecen que la factura es factura y no bola de fraile. Es decir lo mensurable. Este tipo de análisis lleva a afirmar que la copia exacta de la pintura de Miró, es al igual que la original, una obra maestra. Sin considerar que ésta última no tiene alma.

Hay por suerte, seres humanos en todos los ambitos de la existencia que buscan un tercer lugar desde donde mirar y mirarse. Un lugar donde ya no existe disputa, división, entre blanco y negro. Sino, un reconocimiento de ambas miradas como verdades posibles.
Lo mensurable y lo inmensurable, lo objetivo y lo subjetivo, pueden coexistir en el terreno donde una cosa cierta no tiene necesidad de negar la existencia de la otra. Fíjese que estoy diciendo coexistir y no discursar, dialogar o discutir.
Desde mi fe (si dije fe, no colapse por favor, es la manera más honesta que tengo de hacerme responsable de ser creadora de mis creencias sin necesidad de justificarlas en lo que un otro dijo) la conciencia humana es multidimensional.
Espere, no se vaya, comprendo que esa palabra crispa los nervios de usted que detesta a los espirituales de la nueva era. Para su comodidad utilizaré una metáfora burda.
Desde mi fe, la conciencia humana es como una cebolla. Tiene capas que se INTEGRAN unas a otras. Cuando la conciencia se expande la capa interior y anterior no deja de existir por que yo conozca/ viva/ experimente la que le sucede. Expando mi conciencia y por tanto integro y por tanto puedo afirmar con Absoluta Coherencia que el blanco es blanco, el negro es negro, que se necesitan para coexistir y que después de ellos hay una infinita gama de colores (infinitos potenciales de manifestación de la luz) contenidos de forma positiva y de forma negativa en estos dos primitivos.
Ahora compréndame bien señor intelectual, cuando hablo de este tercer lugar, yo NO estoy hablando de la Relatividad.
La relatividad de la que habló Einstein (por cierto, hace ya demasiados años) es el lugar comun, es la comodidad, es la vulgaridad de los artistas post Generación X.
La relatividad es hasta donde se llega. Los artistas más reconocidos del SXX son los que hicieron discutir lo mensurable y lo inmensurable. Y muchos se ataron a la siguiente cadena lógica lineal de pensamiento: como el blanco no es blanco sin el negro, el negro no es negro sin el blanco por tanto ninguno existe sin el otro, por tanto ambos son relativos, por tanto ninguno existe, lo que condujo a una lista inacabable de nihilistas y detractores de todo lo absoluto.
El lugar común (hace ya demasiado tiempo) es que no existe nada cierto.
Le confieso que nací en 1981 por lo que tengo una larga formación dentro de la generación donde tener cualquier tipo de certezas era igual a ser un imbécil.
Comprenda que por mi formación y por mi convicción no abogo por discursos fanáticos. Creer que sólo el blanco es cierto,creer que sólo el negro es cierto es de imbéciles. Pero permanecer un siglo relativizando a uno o al otro, me parece por lo menos de cierto grado de infantilismo, vagancia, seguridad discursiva que a mi (críada en este discurso) me tiene hastiada.
Hay mas que la relatividad del blanco y el negro.
Hay más que el truquito de anular una cosa con otra.
Hay más que la mansturbación mental de la disputa entre los opuestos.
Hay más y yo voy por eso.
Entiendo que para usted sea yo una gran imbécil que cree y crea sus propias creencias. Lo entiendo de la misma forma que entiendo se rieron de Galileo, de Newton y de cualquiera que estuviera dispuesto a creer en lo increíble.
Entienda usted que para mí usted es un señor pacato, cómodo, arrogante de realizar truquitos discursivos que hace un siglo o más se practican en este lado occidental del mundo.
Hacer batallar un extremo con el otro es seguir estando en la dualidad o si usted quiere, en los límites destructivos de la misma.
Sin embargo, estoy enormemente agradecida y orgullosa de los que libraron las batallas constructivas de la dualidad, de esos que fueron hacedores, creadores y protagonistas de la Generación X y rompieron muros. Sin ellos no podría existir el tercer lugar del que yo le hablo. Ese lugar es la paz, el fin de las peleas, la ACEPTACION de que todo es cierto, según el lugar de conciencia desde donde se mire. Y por eso, desde aquí, pocas veces nos detenemos a discutir o argumentar, por que estamos mas interesados en hacer, explorar, crear y jugar.
Como hay más que batalla, yo voy por más
¿Adónde? Se pregunta usted, montado en el trono desde done hace sus trucos de "magia misteriosa"
Yo voy hacia la exploración de MI verdad.
Desde su escenario betusto que comparte con otros muchos farsantes usted se burla de mí, porque no conciben la existencia de ningún truco mayor que la DUDA. La siembran, la multiplican, la propagan, la fotocopian y la distribuyen.
Ascientes sus cabezas en gozo masturbatorio cuando un hacedor de trucos deja un final abierto. Aplauden y se regodean ante otro mago que implantó una pregunta más. Adoran usar en sus discursos palabras como "lo desconocido" "la magia" "el misterio" "lo inabarcable" "el espíritu" "el alma" pero todos esos términos sólo pueden ser usados como Conceptos Intelectuales y jamás como Experiencias Vividas. Y así, el espíritu, el alma, la magia e incluso La Divinidad continúan confinadas al ámbito de la DUDA. Son los comodines que ostentan cuando sus propios discursares intelectuales se agotan. Es el polvo brillante que esparcen sobre sus propias mentiras.
Es que ustedes son el culto de la duda, el misterio y la relatividad.Ustedes han sido durante demasiado tiempo La Moda. Y como crítico de arte que es, bien sabe que la moda no expande los límites de la conciencia humana. Esa es una labor que realiza el Arte.
Yo y tantos otros (que usted en su primitivez considera ñoños o imbéciles) vamos por las RESPUESTAS.
Yo y tantos otros vamos por la EXPERIENCIA.
Y por eso nos tratan de acallar, desprestigiar.
Yo (como muchos) digo MI palabra. No LA palabra. Sino MI palabra.
Usted dice que no hace falta aclarar esto, ya que toda persona habla desde sí misma. Pero han pasado por mis manos demasiados libros de su autoria donde al no explicitarlo, se interpreta que usted conoce LA verdad.
Yo cuento MIS experiencias. Y como tantos otros no gasto energías buscando convencer a nadie de ellas porque sé que son tan sólo mías. Simplemente gozo al compartirlas, al materializarlas en una obra porque eso es lo que Amo hacer.
Yo tengo la valentía que usted carece.
Por eso yo me considero a mí misma Artista y usted sólo se percibe como crítico.
Si quiere conocerme personalmente, venga de este lado del arco iris. Salga del escenario de trucos y explore con nosotros, quien le dice quizás usted también descubra un nuevo color, experimente lo desconocido y sea capaz de vislumbrar su propia divinidad.
Venga, salga de la mente,  no vaya a ser cosa que quede pasado de moda.
Aproveche ahora que aún tiene un corazón y esta Vivo.
Usted también puede ser un creador.

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