MARÍA MAGDALENA canalizada por Pamela Kribbe
Julio de 2012
Queridos amigos, YO SOY María Magdalena. Me conocéis, mi figura y mi rostro se han convertido en parte de vuestra historia; y consecuentemente se han distorsionado y enturbiado. Pero vosotros conocéis mi origen, porque vivimos desde la misma fuente; el espacio dentro del corazón, el Hogar del Alma. Nos ha movido el mismo deseo que me poseyó durante mi vida en la Tierra. Un anhelo, un deseo de verdad, de lo que es real, de la Esencia. Un deseo de vivir desde tu Alma, desde la inspiración, desde tu núcleo; eso es lo que te importa.
Vivir así puede doler. Te lleva a tus partes más oscuras, porque vivir desde tu núcleo interno significa que todo debe ser visto. La Luz necesita brillar en todas partes, de tal manera que puedas convertirte en uno y completo en ti mismo. Muchas personas están entregadas a una lucha consigo mismas; y es doloroso ver esto. Frecuentemente las personas viven según imágenes, fotografías; y conjuntos de reglas idealizadas de cómo ser un Humano exitoso, reconocido y respetado por el mundo. Entonces, antes de que lo sepas, eres arrastrado por las opiniones y exigencias de la corriente principal de la sociedad. Sientes que necesitas ajustarte a su manera de pensar, para que puedas parecer atractivo y bueno a los ojos del mundo. Esto te aparta de tu núcleo interno; y de esta manera, te desconectas de ti mismo. Pero aún hay allí una voz que dice: "Ve a tu interior, descubre quién eres". En ese espacio abierto de no enjuiciamiento, puedes descubrir quién eres: las partes luminosas y oscuras; y todo aquello por lo que has pasado: tus sentimientos, emociones y reacciones.
Amarte es admitir ese espacio abierto en tu interior; y estar contigo mismo y observar lo que hay allí. Pero de nuevo llega esa voz del exterior, demasiado a menudo la voz del temor, que dice: "Sé bueno, sé obediente; y ajústate a la norma; no parezcas diferente ni extraño a los ojos de otras personas"; y de nuevo pierdes el diálogo interno contigo mismo; y pierdes ese espacio abierto. Te pones a la fuerza los grilletes; te juzgas de acuerdo con los estándares del mundo externo, de la sociedad; y al hacerlo te haces daño. Así que eres empujado y tirado entre el llamado del mundo, que muy frecuentemente es la voz del temor; y el grito del Alma, que podría llevarte al interior, al núcleo de quien eres. ¿Y cómo puedes manejar esa batalla, ese tira y empuja entre el interior y el exterior, entre el núcleo y lo externo?
Escucha la voz de tu corazón. Elige por ti mismo; elige cómo quieres pasar por esta vida. ¡Decide hacerlo con toda tu fortaleza, incondicionalmente! Zambúllete en lo profundo, donde prevalece el Amor Real. Pero entérate de que ese espacio profundo no tiene fondo; puede sentirse como un salto al abismo, al vacío. Ya no serás sustentado por la aprobación, los cumplidos ni el reconocimiento de otros; estarás solo.
Siente, durante algún tiempo, el inmenso espacio en el centro de tu corazón, donde no hay enjuiciamiento; ni imágenes idealizadas de adónde deberías ir. Solamente el Ser está presente allí, puro Ser. ¿Puedes mantenerte con tanta libertad, o preferirías permanecer bajo el yugo de normas y valores provistos por otros? ¿Puedes sumergirte en las profundidades? ¿Puedes vivir verdaderamente?
La vida te desafía a dar un salto hacia lo desconocido, lo cual es temible. Sin embargo, restringirte a la estrecha senda de lo conocido; y no vivir a plenitud, es peor. Entonces te conviertes en un esclavo de los impulsos que te llegan del exterior; y te pierdes a "ti"; y ya no te sientes feliz. Hallar verdadera satisfacción en la vida, solamente puede provenir de seguir la corriente de tu corazón. El latido de tu corazón, que es único en el Universo, solamente él conoce el camino. Y algunas veces, si te pierdes, es necesario que haya un tiempo oscuro, para llevarte de nuevo a ti mismo, para ayudarte a recordar quién eres en tu núcleo más profundo. Se pierden todas las certezas externas; y en la medida en que estés viviendo de acuerdo con los estándares e ideales exteriores, tienes el sentimiento de que todo está perdido, de que has caído en un profundo agujero negro. ¡Y esto se siente terrible! Es llamado "La Noche Oscura del Alma", pero sólo es pasajera. Estás siendo llevado a una Puerta, una que se abre a algo más allá, algo más grande; un panorama que tu visión usual, condicionada por los temores y las viejas ideas, no puede avizorar.
Imagínate que estás en un túnel oscuro. Ni siquiera puedes ver las paredes de este túnel; y te sientes rodeado por la nada. No hay nada malo en la nada. En su esencia, la nada no es ni mala ni maligna; es apertura absoluta, sin ningún prejuicio ni expectativa sobre los cuales apoyarte. Pero la nada evoca el temor en ti, como si te fuera a destruír. Lo que la nada destruye, son las viejas identidades que pensabas que eran parte de ti. Pero entérate de que aquello que realmente eres no puede ser destruído, no puede desaparecer. Es eterno; y tan ilimitado como el espacio en tu corazón del cual hablé antes. Ese espacio está allí; siempre. Imagínate que aceptas la nada y la carencia de certezas; y al mismo tiempo sientes tu fortaleza e independencia. ¡Entonces no estás atado a este mundo; eres libre en las profundidades de tu ser!
Sigue imaginando que estás pasando por ese túnel oscuro; y repentinamente se abre una Puerta frente a ti. Mira qué te produce esa imagen: ¿Te da miedo la Puerta o quieres pasar por ella? ¿La Puerta es pesada y está cerrada, o es una puerta abierta y hay luz que brilla a través de ella desde el otro lado? Tan sólo acéptala, no tienes que hacer nada. Ahora imagina que estás ante la Puerta y pones tu mano en ella. Permite que la energía de la Puerta fluya a través de ti. La Puerta es el umbral más allá del cual yace lo nuevo, aquello que tu Alma quiere mostrarte, cuando estés listo para verlo. Poniendo tu mano en la Puerta, te familiarizas con lo nuevo; y con aquello que quiere fluír hacia tu vida; con un ritmo adecuado para ti. Mira si puedes recibir la energía de lo nuevo, la energía del Hogar y de tu Alma. Permítele que fluya a través de tu mano hacia todo tu cuerpo, de manera que la sientas bien, ni muy poca ni mucha. La energía fluye alrededor y a través de tu cabeza, tus hombros y tu corazón; y va incluso a mayor profundidad: hacia tu estómago, tu pelvis, tu coxis; y por tus piernas hacia tus pies. Y sé consciente: si estás en la Noche Oscura del Alma, hay algo nuevo esperándote al otro lado de la Puerta, aún cuando no puedas verlo con los ojos que tienes ahora. Con nuevos ojos, verás esa realidad al otro lado de la Puerta; y desarrollarás estos nuevos ojos abandonando la vieja manera de vivir; cuando ya no te aferres más a certezas y patrones de supervivencia a los cuales te aferrabas antes.
¿Cómo reconoces que estás listo para abandonar lo viejo? Frecuentemente es por medio de sentimientos de descontento, ira, insatisfacción, o desesperación y desesperanza, lo cual indica que ya no quieres que las cosas sean como han sido. Entonces podrías estar pensando: "Ya no quiero estar más aquí; ya no quiero vivir en la Tierra", pero lo que estás diciendo realmente es: "Ya no quiero la vieja manera; no quiero que las cosas sean como han sido". Sin embargo, tu mente, formada como es por el pasado, puede no haber imaginado aún que hay otras maneras y consecuentemente la Noche Oscura del Alma se vuelve desesperada e intensa. Cuando lo viejo se va, pero lo nuevo no ha llegado aún, estar en esa frontera y en ese túnel oscuro te obliga a elegir. Puedes continuar siguiendo la voz de tu corazón y permanecer fiel a ti mismo, o puedes retirarte otra vez hacia las voces del exterior: la del temor, la de lo familiar, la del pasado. Así que Yo te suplico: si estás experimentando ahora la Noche Oscura del Alma en tu vida, quédate en ella, sigue hacia el interior; y siente lo que hay allí. Si hay temor, incertidumbre, tristeza o desesperación, no lo juzgues; permanece ahí y no te retires.
Tu Luz es más fuerte que todas esas emociones, las cuales no son el punto final, sino un alto en el camino. ¡Mira la Puerta en la distancia, que ya está allí! Conéctate con la energía de lo nuevo por medio de esa Puerta. Y un día las hojas de esa Puerta se abrirán ampliamente; míralo ante ti. Quizá sea demasiado para sentirlo todo ahora, pero obsérvalo desde cierta distancia por un tiempo. ¿Cómo será cuando la Puerta se abra completamente y pases por ella? ¿Qué te espera allí? ¿Qué sentimientos provoca en ti? Aún no tienes que ir más allá de la Puerta, eso ya llegará; todo llega a su tiempo. Pero siente desde ahora su promesa: la belleza de la Luz allí; el deleite, la alegría y la comodidad de estar allí. ¡Siente allí la serenidad de la vida y el regocijo, porque este camino que estás recorriendo ahora, que se siente como una noche oscura que te produce miedo, conduce allí!
Mantén esa perspectiva ante tus ojos; y tu camino se hará más fácil. Yo te llevo de la mano; siente mi presencia. Cada vez que se abre la Puerta, nos ponemos felices y nos sentimos más profundamente unidos con todos vosotros. Todos estamos conectados mutuamente; y cada paso que da cada individuo, lleva algo de todos nosotros hacia el Todo.
María Magdalena.
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