A ella le escribí tantas cosas y las mejores de todas. Si la recuerdo se me viene una nostalgia que pasa por el cordón umbilical que me ató a la vida. La añoro ahora que no compartimos el banco.
Era la mas hermosa de todas. Tenía un lunar grande cerca del labio finito. Su boca era única, estirada como una vesica piscis, siempre agrietada. Ella todos los días combatía su fragilidad con cremas, mantecas, ungüentos y cacaos que perfumaban el aula.
A veces hablaba en señas, porque se había enamorado de un actor que a las tres de la tarde prometía ser el príncipe azul de una sordo muda que además entendía a los delfines. Ella de puro mirar sabía decir te quiero, te amo, te extraño y muchas otras cosas que a las profesoras poco y nada le importaban.
Caminaba con la punta del zapato guillermina dando brinquitos. Siempre tenía la cabeza llena de nudos y como un globo de pelos gracias a su prenda más fiel: una bufanda azul, tejida, larguísima. Era normal que le pegara a la gente cachetadas con su bufanda. Jamás lo hacía a propósito, pero le gustaba enredarla en su cuello de forma certera y rápida, como quien da un latigazo. Una de las armenias se la ligaba siempre, y con amorosa paciencia repetía por lo menos cuatro veces al día “cuidado, la bufanda”
La misma bufanda con la que de puro nervios, borro el pizarrón, mientras la Caballona gritaba cual dragón enloquecido, si es que acaso era estúpida. Ella saltó ante cada grito al borde de las lágrimas sin entender jamás la diferencia entre sujeto y predicado.
La piel de los dedos de la mano le quedaba chica. Yo me dí cuenta por que en la yema se hacia tan fina que se volvía transparente. Siempre tenía sus deditos flacos tensados al hablar, como esperando que le salieran luces de colores para despabilar a los muertos vivos.
Se le reían todo el tiempo , unos más otros menos alguna vez dijeron que le faltaban caramelos, jugadores, surcidos y otras yerbas. Yo confieso que entonces intuía lo que hoy es una certeza: ella era mejor. Mejor que todos.
Mejor que su hermana arpía. Mejor que su madre ordinaria. Mejor que su padre violento. Mejor que todos los imbéciles que no entendían su arte. Cuando comenzó a pintar sobre papel de diario figuras abstractas, también se le rieron.
Ella es la que rompe todas las reglas merengues nueva era. Esta estupidez, de que uno es responsable de todo lo que vive. Bueno, ella no es responsable de haber nacido en una familia de mentecatos, ni de que el mundo estuviera tan cagado que no pudiera apreciar su infinita belleza. Ella no tiene la culpa de que los hombres que se le acercaron no la tratan como a una reina. Ella no se sabe querer todavía, eso es cierto ¿pero como carajo iba a aprender?
A mi me contó que a veces recordaba que la habían violado y otras veces le parecía un invento. A mi me contó que embarazada, el padre de la bebe le pegaba trompadas para que aborte y que una aguja de tejer les salvó la vida. A mi me contó que una vez borracha, sin poder moverse un grupo de rubias taradas la escupió hasta dejarla toda mojada.
Ella no tenía la culpa de nada, ni antes, ni nunca.
Ella es la mujer mas hermosa de todas.
Lástima que nadie sabe de ella.
Lástima que nadie la ve pasar.
Lástima que el mundo se la pierde.
Pero ella es la mejor de todas.
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